lunes, 14 de mayo de 2007

Capítulo 2: El nuevo mundo

Cuando desperté no entendía si estaba muerto o había renacido. Tenía un dolor agudo en la base de mi espalda y la cara seca de lágrimas anteriores. Pero la aparición de un enano verde con buenos modales me tranquilizó.
-¿Cómo está usted, estimado joven?
-Muy bien a pesar de que me duele el culo como nunca antes, estoy flotando en la oscuridad y hablando con un enano verde -le respondí.
-Es el riesgo que deben tomar todos los comunicadores, intelectuales e intelectualoides.
-¿Me está diciendo que para que uno sea comunicador, intelectual o estafador, debe ser sodomizado de antemano?
-Y, más o menos.
El enano se transformó en conejo y cambió a color fucsia. Se paró en dos patas, hizo una mueca con sus dos dientes y despareció saltando.
Otra vez me encontré solo en la oscuridad.

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